No hay portada, no hay ficha, no hay sinopsis. No por ahora. Hace menos de dos minutos que he terminado esa novela y lo único que me apetece hacer ahora mismo es compartir con el mundo mi opinión. Quizás más adelante edite esta entrada.
Esta es una de esas novelas mágicas que te llegan al fondo del alma con cada una de sus palabras y que sabes que se va a quedar allí. Ahora mismo, es lo que necesitaba leer. Es un libro fino, con un estilo directo y simple pero hermoso. Está contado desde el punto de vista de un adolescente, y a pesar de eso, o quizás por eso, es muy, muy profundo. Incluso sus interminables charlas sobre el T9 se me han hecho normales. Debo decir que he encontrado en Leo una persona idéntica a mí (dejando de banda que yo no estoy enamorada, ni tengo moto). Yo también me refugio en la música, la música es un escudo, un lenguaje universal. No es nada difícil comprender los sentimientos del protagonista en cada momento. No me gusta el fútbol, pero pude entender su afición, y también me entusiasma cuando habla de la amistad, la amistad...para mí es una de las cosas mas importantes en el mundo, mis amigas siempre están ahí, para hacerme costado en todos los momentos. Y la verdad es que eso es normal, nadie sería lo que es sin buenos amigos.
Cada uno de los personajes de esta novela a los que se les ha dedicado más de dos lineas son todo un mundo. Beatrice es una chica sencilla que se conforma pero que no deja de soñar, que quiere vivir su vida y sabe que no puede.
Leo es...Leo. Un león enamorado que no sabe cómo luchar contra la vida diaria, un adolescente que no sabe que hacer con los estudios, que no sabe que hacer con sus sueños, lo único que sabe es que quiere que ella sea parte de ellos. Necesita que le abran los ojos, empezar a ver la vida de otra forma. Dejar de mirar hacía atrás y de temer al color blanco.
Sí, esa es una de las cosas que más me han gustado de la novela, la forma que tiene él de juntar los colores con los sentimientos. La verdad es que conmueve.
Silvia es otro de esos personajes reales y palpables. La mejor amiga, esa persona que siempre está allí para ti, para ayudarte, un hombro sobre el que llorar. Pero a veces tenemos que ver más para nosotros y no tanto para los demás, mostrar lo que de verdad pensamos aunque eso haga daño a las otras personas, para dejar tu de sufrir. Esa es una de las cosas que aprendí leyendo este libro.
Y luego está ese profesor soñador y filosófico, cuyo nombre en castellano no se, porqué leí el libro en catalán. Lo llamaré Somiatruites igualmente. Su personaje es uno de los más importantes para el desarrollo de la personalidad del personaje y también para el desarrollo de la novela. De él saco el hermoso mensaje de no rendirse jamás, de buscar el sueño que brilla en tus ojos y de encontrar entre las líneas todo lo que buscas.
Aún hay cosas, frases, que me quedan muy recientes y que brillan en mi. El final ha sido perfecto a su manera, como el resto del libro.
Ahora lo único que quiero hacer es mirar la vida desde el color rojo y esperar a tener la misma suerte que el protagonista y enamorarme de verdad para sentir todo lo demás. Pero sin olvidar el azul. Ni el verde. Y sin ignorar el blanco y el negro.
Un abrazo.
Con una reseña tan entusiasta es difícil no quedarse con ganas de leer la novela, ya la tenía en mi lista porque he visto alguna opinión más positiva pero me has dejado con ganas de leerla ya mismo
ResponderEliminarun beso!
pues vaya...lo tenia en lista de espera y me estan dando ganas de leerlo :)
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